martes, 22 de octubre de 2013
Por segunda ocasión, el premio se queda en casa
El pasado sábado 12 de octubre se celebró la corrida de rejones anunciada dentro de la tradicional Feria de San Francisco, en la monumental Vicente Segura, de la capital hidalguense, luego de que tenía tres años que no se había dado una de este carácter y que en su momento este tipo de festejos tuvo su interés.
Ahora no acudió como la última vez la gente, pero fue el público casi habitual a este tipo de corridas.
De alguna manera digamos que extraña, siendo que había seis grupos de forcados en el cartel, se anunció como goyesca, como si dicha vestimenta tuviera que ver con algo tan portugués como es el toreo a caballo y la presencia de los pegadores.
Y además no todo estaba dispuesto ahora: antes de comenzar el festejo cayó un aguacero tupidito que puso en mal estado el ruedo por lo que tanto la gente de los servicios de la plaza como los monosabios, ayudaron a arreglarlo durante casi cuarenta minutos, echando pa’ delante los rejoneadores para hacer el paseíllo, en una tarde gris del cielo, fría de temperatura, pero con matices interesantes, con todo y que el encierro de la ya legendaria vacada de don Mariano Ramírez, estuviera lejos, vaya, ni la sombra del pasado del que muchos aficionados recuerdan, hierro que por cierto tenía veinticinco años de no venir.
El concurso de pegas abrió con la emotiva despedida de Miguel Louceiro, a quien hace tres años en este mismo escenario le pegaron una cornada grave y, coso también, donde su padre, el maestro Pedro Louceiro, dijera adiós también, en abril de 1980.
Cada grupo después: Teziutlán, San Luis Potosí (que se llevó un herido en el primer intento del toro que les correspondió), hidalguenses, los debutantes de Juriquilla, le pusieron el toque vibrante a una tarde a ratos anodina por parte de la falta de cooperación de las reses, destacando el esfuerzo de los caballeros.
Vino el que cerró plaza, que correspondió al grupo con Juan de Dios Corona a la cara, quien en un gesto justo y también merecido, brindó al maestro Pedro Louceiro, logrando cuajar una pega al primer intento, con la que el público se les entregó.
De esta manera, el pasado domingo 20, en lo que ha sido el cerrojazo del serial franciscano, la empresa Pasión Ganadera hizo entrega el trofeo, que en una segunda edición de este tipo, es decir, de concurso, el premio se ha quedado en casa, lo que deja con mucha satisfacción a todos sus integrantes, agradeciendo como siempre a familiares, amigos, empresarios, ganaderos y demás gente que ha creído en el grupo.
Enhorabuena a todos y que sigan los triunfos.
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